No se si es porque la noche de hoy ha sido extrañamente paranoica, o porque llevo un par de semanas obsesionada con algo, pero me ha dado por escribir.
Hace meses que no lo hago, se me empezaba a olvidar donde están las teclas, pero solo unos segundos más tarde parece algo innato en mi, escribo con fluidez, casi mejor de lo que hablo normalmente, lo más difícil ha sido la primera palabra, y es curioso porque la primera palabra que he escrito es un no, y es la que más pronuncio últimamente....
Realmente no se qué escribir, ni por qué siento la necesidad de hacerlo, pero a medida que escribo me surgen más ideas, los dedos van solos, la inspiración no había muerto, solo dormía una larga hibernación.
Tardo en decidir a qué voy a dedicar mis palabras, pero teniendo en cuenta que llevo años para decidir mi futuro ¿qué son unos minutos? ¿y los segundos? Sólo son efímeras cuentas para absurdos que se molestan en contar un tiempo mínimo para hacer las cosas, para calcularlo todo, todo es culpa de los matemáticos, si ellos no hubiesen empezado a teorizarlo todo hoy seguiríamos siendo monos, y seríamos más felices de lo que somos, aunque no existiría la cerveza, y eso sería un fallo.
La cerveza, ¿por qué nos gusta la cerveza? ¿Por su amargor? Creo que es una forma más de perder el control, aunque sea ínfimamente, nos evade de la perfección a la que nos sometemos a diario, por eso no podemos beber cada día, porque si nos olvidamos completamente de esa perfección impuesta, dejamos de disfrutar la felicidad momentánea, a eso lo llamaron alcoholismo, pero sólo es un pseudónimo de enajenación transitoria.
De todos modos, la vida no tendría sentido sin las cosas malas, pero es que realmente no hacen falta tantas cosas malas, tanta desgracia, tanta desigualdad social, racial o sexual, tantas tonterías que nosotros mismos hemos creado por miedo, por miedo a la simple felicidad, por miedo a todo lo que nos rodea, que en realidad no deja de ser nosotros mismos, porque todos nosotros somos parte de ese algo que cada vez es más grande pero se siente cada vez más pequeño a nuestra costa.
Eutanasia Universal, salmos; 1.1
27/1/2005