La melodía estaba siendo un bálsamo para los nervios que habia acumulado durante el día.
La policía habia irrumpido en el instituto para interrogar a varios jóvenes, entre ellos Robert, acerca de unos incidentes en la plaza mayor la noche del sábado. Pero ahora no existía nada más, solo su música, todo era tranquila emoción destilada de sus dedos, le encantaba evadirse de todo y de todos almenos media hora al día, y en ese momento estaba a punto de lograrlo pero el estruendo de un jarrón haciendose añicos dos metros a su espalda le arrastraron de la paz al sobresalto, y aquellos ojos al miedo, y aquel fusil al terror descontrolado.
1 Comments:
Bueno churri, esto sigue, no? estoy esperando a que escribas más.
Firmado: Madame Txacolí
B.
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